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Dolor muscular: causas, síntomas y tratamientos

En este artículo te hablaremos sobre cómo aliviar los dolores musculares

Si alguna vez has tenido dolores musculares, ya sabes lo debilitantes que pueden llegar a ser.

Los dolores en las piernas, la espalda, el cuello o incluso en los brazos pueden evitar que realices tus actividades diarias con libertad, y te obligan a reposar incluso cuando no tienes tiempo para hacerlo.

El problema es que desafortunadamente, no siempre podemos evitar este tipo de dolores, ya que muchas veces un simple movimiento en falso es todo lo que se necesita para desencadenar una reacción inflamatoria en los músculos.

En este artículo vamos a explicarte a fondo por qué suceden los dolores musculares, qué te pueden estar diciendo estos dolores acerca de tu salud y cuáles son los tratamientos más efectivos para que puedas sentirte mejor y regresar a tu rutina lo más rápido posible.

Así que si eres de esas personas que sufre de dolores musculares constantemente, o simplemente quieres aprender un poco más de este tema, has llegado al lugar correcto.

Contents

¿Por qué ocurren los dolores musculares?

La frase “dolores musculares” suele ser utilizada como un término bastante amplio para describir, en términos generales, una gama de dolencias que pueden haber ocurrido por distintos motivos. Cuando tenemos un dolor que creemos es de origen muscular, lo primero que debemos hacer ser asegurarnos que el dolor realmente venga de los músculos, ya que los dolores en las extremidades o en la espalda también pueden ser de origen:

Articular

Las articulaciones son los puntos donde dos o más huesos se conectan

Los dolores articulares tienden a ser los más fáciles de identificar porque siempre ocurren, como su nombre lo indica, en las articulaciones.

Las articulaciones son los lugares en donde dos huesos se unen, y sirven para darnos la libertad de movimiento que nos permite desplazarnos, agarrar objetos, sentarnos, agacharnos, etc.

El motivo más conocido de los dolores articulares es la artritis, que realmente no es una enfermedad o condición en sí, sino un término general que se usa para describir una gran cantidad de dolencias articulares como la osteoartritis, gota, artritis reumatoide, entre otras.

Cuando se tiene algún tipo de artritis, es común experimentar inflamación, dolor y rigidez en una o más articulaciones, que suele empeorar con la edad como consecuencia del desgaste físico.

Para distinguir un dolor articular de un dolor muscular fíjate en el área afectada: ¿está inflamada? ¿tienes rigidez? ¿el dolor está focalizado solo en el área articular?

Si respondiste sí a estas preguntas, probablemente tu dolor sea articular.

Óseo

El dolor óseo es aquel que origina en los huesos

Los dolores óseos son aquellos que se originan en los huesos, y aunque muchas veces son fáciles de identificar (como cuando ocurren como resultado de un traumatismo como una torcedura o una fractura), depende de dónde ocurran también se pueden confundir con un dolor muscular. 

Una de las diferencias principales entre el dolor en los huesos (o en un solo hueso) y el dolor muscular o articular, es que el primero tiende a estar presente con o sin movimiento.

Además, los dolores en los huesos suelen ser mucho más severos y vienen acompañados de sensibilidad al tacto, hematomas el la piel e inflamación. 

La causa más común de los dolores óseos son lesiones como fracturas, fisuras y torceduras que causan roturas totales o parciales de alguna parte del hueso.

Sin embargo, otras causas de dolores en los huesos son:

  • Deficiencia de minerales (osteoporosis)
  • Infecciones en los huesos
  • Algunas enfermedades de la sangre
  • Cáncer en los huesos
  • Cáncer metastásico

Si tienes dolor en uno o más huesos es importante que visites a tu médico para encontrar qué lo está causando. Busca asistencia inmediata si tu dolor es severo y notas que se empeora con el tiempo o si tienes inflamación crónica, fiebre o dificultades para mover la zona afectada.

Neuropático

El dolor puede ser clasificado en dos categorías generales: dolores causados por una lesión física y dolores a causa de una condición o enfermedad.

Lo que ambos tipos de dolor tienen en común, es que cuando ocurre un estímulo (una caída, un golpe, un proceso inflamatorio, etc.) el sistema nervioso se encarga de enviarle al cerebro una serie de señales para que tome una decisión.

Por ejemplo, cuando pones tu mano en una superficie caliente, el sistema nervioso central, a través de la médula de espinal, se comunica con el cerebro dejándole saber que algo te está haciendo daño.

En ese momento, tu cerebro emite señales de dolor para que retires la mano de la superficie inmediatamente. Aunque el dolor es molesto e incómodo, está ahí para alertarnos que algo no está yendo bien en el cuerpo.

Sin embargo, muchas personas experimentan sensaciones de dolor en una o varias partes del cuerpo, aún y cuando no tienen ningún estímulo o lesión.

Esto se llama dolor neuropático, y ocurre cuando hay una alteración o un daño grave en la estructura del sistema nervioso.

Cuando esto ocurre, los nervios le envían señales de dolor al cerebro sin motivo alguno.

El dolor neuropático es una de las condiciones más frustrantes y debilitantes para las personas que lo sufren, ya que además de ser crónico, suele ser muy difícil para los doctores dar con el diagnóstico correcto porque usualmente la persona luce completamente sana.

El dolor neuropático puede ser muy debilitante, y está asociado con trastornos del sueño, ansiedad y depresión. Algunos síntomas del dolor neuropático incluyen:

  • Dolor continuo localizado en una zona del cuerpo (un brazo, una pierna, etc.)
  • Sensación de hormigueo
  • Pinchazos
  • Calambres y adormecimiento de la extremidad
  • Sensación de electricidad
  • Sensación que quemazón

Dolores musculares

Ahora que ya sabes cómo identificar si tu dolor es de origen articular, óseo o neuropático, podemos hablar sobre por qué ocurren los dolores musculares, también llamados mialgia.

Los músculos son tejidos blandos compuestos por fibras que se expanden y se contraen para cumplir con funciones específicas.

Aunque cuando hablamos de músculos generalmente pensamos en los bíceps, tríceps, etc., tenemos más de 600 músculos en el cuerpo que se dividen en tres categorías: lisos, esqueléticos y cardíacos.

Los músculos lisos son aquellos que se mueven involuntariamente; por ejemplo, los músculos de tu estómago se expanden y se contraen para permitir la digestión de la comida sin que tu te des cuenta.

El músculo cardíaco se encuentra en las paredes de tu corazón y es el que se contrae y se expande para bombear la sangre que viaja por tu cuerpo.

Finalmente, los músculos esqueléticos son los que conocemos coloquialmente como “músculos” y son los únicos que puedes controlar y accionar tanto consciente como inconscientemente.

Los dolores musculares son extremadamente comunes y pueden suceder por un sinnúmero de razones, pero usualmente es fácil identificar de dónde vienen.

Para poder encontrar el tratamiento más adecuado para tu dolor muscular, es buena idea separar este tipo de molestias en tres grupos: lesiones y sobreuso, enfermedades, y estrés. 

Lesiones y sobreuso

Las lesiones y el sobreuso de los músculos son las causas más típicas de los dolores musculares.

Suceden cuando haces un esfuerzo más grande de lo normal y te haces daño o le exiges demasiado a tus músculos, causando inflamación o incluso desgarres.

Como la mayoría de las personas, seguramente en algún momento tú también has sentido molestias después de hacer ejercicio, sobretodo si tenias mucho tiempo sin moverte o hiciste una actividad muy vigorosa.

Este tipo de dolor muscular suele aparecer entre 24 y 48 horas después de hacer ejercicio y es muy común.

Anteriormente, se creía que estos dolores surgían porque se acumulaba demasiado ácido láctico en los músculos; sin embargo, se ha comprobado que este compuesto químico solamente se almacena durante una hora o dos en los músculos, por lo que no es posible que cause este tipo de dolencias.

Lo que los expertos han concluido es que los dolores musculares después del ejercicio son causados por microrupturas en las fibras musculares que ocurren cuando nos sometemos a actividades muy demandantes.

Varias horas después de hacer ejercicio, tu cuerpo empieza a sanar estas microrupturas, iniciando un proceso inflamatorio que es el que produce el dolor que todos conocemos.

Durante el proceso de recuperación, los músculos crean fibras más grandes y fuertes para evitar futuras rupturas (por eso los músculos crecen y nos hacemos más fuertes cuando hacemos ejercicio). 

Sin embargo, si bien los dolores musculares después de hacer ejercicio son normales hasta cierto punto, estas molestias también pueden surgir como resultado de lesiones o desgarres por malos movimientos.

Mantener una mala forma mientras te ejercitas (especialmente cuando haces pesas) es un motivo muy común de dolores musculares, y un movimiento muy brusco puede causar una ruptura muscular completa que como es de esperarse, es mucho más dolorosa y toma mucho más tiempo en recuperarse que una microruptura.

Otro motivo por el que te pueden doler los músculos después de ejercitarte es si no calientas o no te estiras lo suficiente antes y después de la actividad física.

Hacer un buen calentamiento antes de hacer ejercicio es importante por dos razones: primero, prepara a tu corazón y a tus pulmones para la actividad, lo que te permite rendir más. Segundo, te ayuda a prevenir lesiones.

Cuando calentamos antes de hacer ejercicio, estamos elevando la temperatura de los músculos para que puedan contraerse y estirarse con más fuerza.

Como consecuencia, la temperatura de la sangre también incrementa, permitiéndole a los músculos extraer más oxígeno de la misma.

Luego, los vasos sanguíneos se dilatan para que la sangre pueda fluir más rápidamente, lo cual le quita presión a tu corazón. No calentar antes de correr, nadar, montar bicicleta, hacer pesas o realizar cualquier tipo de esfuerzo físico aumenta tus riesgos de lesionarte.

Finalmente, dentro de la categoría de lesiones y sobreuso también entra la mala postura, que aunque no lo creas puede causar dolores en los músculos de la espalda y traerte serias consecuencias a largo plazo si no la corriges a tiempo.

Enfermedades

Algunas enfermedades pueden causar dolor muscular.

Como mencionábamos anteriormente, la causa principal de la mialgia son las lesiones y el sobreuso de uno o más músculos como resultado de algún esfuerzo físico importante.

Sin embargo, algunas enfermedades e infecciones pueden causar dolor muscular sistémico, es decir, dolor muscular en todo el cuerpo.

Algunas de estas condiciones son:

  • Infecciones virales como la influenza (gripe)
  • Malaria
  • Dengue
  • Enfermedad de Lyme
  • Fibromialgia
  • Lupus
  • Hipotiroidismo
  • Enfermedad arterial periférica
  • Cirrosis
  • Toxoplasmosis
  • Triquinosis

Estrés

El estrés puede causar dolor muscular, especialmente en la espalda

Casi todos hemos sentido en algún momento un “nudo” en la espalda que se manifiesta como un doloroso bulto que se puede palpar por debajo de la piel.

Estos famosos nudos se llaman contracturas musculares y son extremadamente comunes; de hecho, es probable que en este mismo momento tu también tengas alguno en tu espalda.

Las contracturas musculares aparecen cuando las fibras de un músculo se contraen involuntariamente y luego no logran regresar a su estado natural.

Esto puede ocurrir por varios motivos, como el sobreuso, los movimientos repetitivos, el sedentarismo, los malos hábitos alimenticios y más frecuentemente, el estrés.

En la mayoría de los casos las contracturas musculares son leves y se resuelven por sí solas, pero el estrés crónico puede hacer que el músculo se siga contrayendo, empeorando el dolor y limitando el rango de movimiento de la persona.

En la siguiente sección hablaremos sobre cuáles son los mejores tratamientos para las contracturas y dolores musculares dependiendo del tipo de lesión, y cómo identificar cuándo es momento de ir al médico en caso de que tu dolor no mejore.

Tratamientos para los dolores musculares

Como hemos mencionado en párrafos anteriores, el dolor muscular puede llegar a ser extremadamente debilitante y limitante.

Sentir dolor cada vez que mueves el cuello, los brazos, las piernas o la espalda es realmente molesto y muchas veces acabamos alterando nuestra postura para buscar una posición que no nos cause tanto dolor.

Pero no te preocupes, porque si estás buscando respuestas para tu dolor muscular has llegado al lugar correcto.

A continuación, te presentamos los mejores tratamientos y remedios tanto naturales como médicos para que finalmente alivies ese molesto dolor y puedas regresar a tu vida normal.

Si has leído hasta aquí, quizás ya te hayas dado cuenta que la mayoría de los dolores musculares, aunque son bastante molestos, no son serios ni necesitan atención médica inmediata.

Sin embargo, eso no significa que la alternativa es acostumbrarse a vivir con dolor o modificar tus actividades diarias.

Por el contrario, existen tratamientos y remedios naturales que puedes hacer tú mismo en casa que te pueden ayudar a aliviarte rápidamente.

Estos son algunos de nuestros favoritos:

Terapia de frío

Las compresas frías pueden desinflamar el área y aliviar el dolor temporalmente.

El frío y el calor son los tratamientos más recomendados por los médicos cuando tenemos dolores musculares ya que ambos ayudan a reducir la inflamación y mejorar el dolor.

Sin embargo, cuando se trata de aliviar dolores musculares, se cree que el frío es más efectivo que el calor ya que este reduce el flujo sanguíneo hacia el área de la molestia y actúa como una anestesia natural, bloqueando las señales de dolor que emite el cerebro. 

Puedes realizar la terapia de frío de distintas maneras, estas son algunas opciones:

  • Compresas frías o una bolsa de hielo durante 20 minutos al día, preferiblemente cada 4 horas
  • Utilizar un hielo directamente sobre el área afectada, haciendo masajes con movimientos circulares
  • Sumergir la zona afectada en agua lo más fría posible (pero no helada) dos veces al día

Es importante no aplicar hielo directamente en la piel para evitar quemaduras. Si vas a hacer masajes con un cubo de hielo intenta mantenerlo en movimiento y no dejarlo sobre mismo sitio durante demasiado tiempo

Conclusión

Los dolores musculares son extremadamente comunes, de hecho, todos hemos experimentado en diferentes intensidades este tipo de dolor alguna vez.

Los músculos son tejidos muy fuertes que nos proporcionan estabilidad y flexibilidad, pero también son delicados y pueden contracturarse o lesionarse por mala postura o malos movimientos.

La buena noticia es que estas lesiones tienden a ser bastante leves y generalmente se resuelven solas, pero en este artículo te hemos presentado con distintos tipos de tratamientos caseros para que puedas ayudar a tus músculos a volver a la normalidad lo más rápido posible. 

Ahora queremos saber tu opinión, déjanos saber en los comentarios cuál es tu tratamiento favorito para aliviar los dolores musculares en casa y qué haces para evitar este tipo de lesiones.

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